viernes, 11 de marzo de 2011

Hola a todos

Algunas  veces pienso en lo que pueden cambiar las cosas en poco tiempo. Cuando yo tenía 15 ó 16 años (no hace tanto de eso, sólo tengo 31), escribía varias cartas semanales con amigas y amigos de otros lugares, principalmente de Cáceres.  Era algo "obligado" cuando llegaba la Navidad, comprar un paquete de felicitaciones para mandar a esos mismos amigos ,y a algunos más, que siempre se recuerdan por esas fechas y, de vez en cuando, me acercaba a algún teléfono público para echar unas monedas y hablar un poco.Hoy parece algo completamente lejano, diría que casi prehistórico. Nos comunicamos por medio de internet con cualquier persona en cualquier parte del mundo sin más problema que los posibles fallos de conexión, además del uso generalizado del teléfono móvil, "gracias" al cual sufrimos lo que yo llamo "el síndrome del eterno localizado", y que no localicemos pronto al pobre que sea, que movilizamos a la Guardia Civil si hace falta.

Reconozco que me incluyo en esta relación de amor-odio con las tecnologías. Soy la primera que,desde hace años, las felicitaciones son virtuales (muy monas y si puede ser, con animación), y del teléfono ni hablamos a mi marido, a mi hija: ¿dónde estás, y cuando llegas?, llevalo encima que te pueda localizar, si pasa cualquier cosa me llamas que voy a buscarte..., y ni que decir tiene la tranquilidad de poder llamar a mi hija si está en la calle y se hace tarde.

Con el fin de aprovechar la oportunidad que nos ofrece internet, he creado este blog, para contar todo lo que se me ocurra y para que la familia y amigos puedan ir viendo a mis hijos crecer.





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