jueves, 2 de febrero de 2012

Ser padres

Una de las experiencias más emocionantes y especiales en la vida es ser padres. Yo he sido madre dos veces, y ambas son únicas, especiales. Cuando tienes tu primer hijo todo es sorprendente y nuevo y piensas que no podrás querer a otro hijo igual  ¡es imposible! Pero resulta que cuando llega el segundo, también es único, y tambien puedes quererle igual.

Es muy típico durante el embarazo empezar con las espectativas, primero si será niño o niña, después el nombre y comienzan las conjeturas y las espectativas : da muchas pataditas será futbolista, o gimnasta, enfermero como el padre, será empresario, será....

A veces olvidamos que eso da igual, no importa si es niño o niña, si es rubio o moreno o si se parece al padre, a la madre o a los tíos, lo que de verdad importa es que sea y se sienta querido. Si es guapo o feo, simpatico o no, más tranquilo o impaciente, más callado o más ruidoso.

Puede ocurrir que las expectativas que nos hacemos tengan que cambiar y en vez de esperar que sea futbolista, medico o periodista esperemos que consiga andar, hablar, que su vida sea feliz, llena de ilusión y digna, que consiga una autonomía e independencia básica para el día a día.

Que podamos acompañarle en esa aventura y que se le respete y se le quiera por ser quien es y como es y no por lo que esperamos que pueda llegar a ser.